"Escribir la lectura"

¿ Toros si o toros no?
Sanlúcar de Barrameda; antaño y actualmente popular por su manzanilla y algarabías, olvida con frecuencia que en dicha ciudad surgió un arte, el impresionismo. Don Francisco de Goya y Lucientes, tal vez por su arrojo o falta de miedo probó en Sanlúcar ciertos elixires que cambiaron su visión de las cosas.
Un perro en el Coto, entre las dunas, hoy está considerado cómo el nacimiento del impresionismo o expresionismo. Sí, a orillas de la desembocadura del Guadalquivir, tal vez porque coincide con la primera llegada de la heroína y donde algunos escritores relacionan, tal vez, surge una nueva Historia.
Cierto es que del toreo mucho se venía hablando en pueblos y ciudades de España, Portugal O Francia. Otros añaden con apenas fundamento y relación a los toros prehistóricos, al Minotauro y a otras pamplinas para nada, salvo sacar partido económico y confundir a otros con su supuesto saber sobre los asuntos. Llena está la historia de falsarios y oportunistas.
Más verdad es que En Sanlúcar de Barrameda, un pueblo marinero y aún no vinícola, se instala una sociedad pudiente y un buen grupo de intelectuales.
El caballo y el toro eran sobresalientes en el entorno. Cierto también y hay muchas menciones de camellos y monos.
Goya era "amigo" y enemigo de todo el mundo, gente de arriba y personas de abajo.
Dicen las historias populares, que en la proximidad de FuendeTodos se hacían de tripas corazón. Una extraña enfermedad diezmo la zona aragonesa que dejaba al personar en tal raquitismo que podía presionar con un puño las tripas y llegar al corazón. Pasó tan extraña enfermedad y para celebrarlo hicieron fiestas de garrotazos, mantazos y toriles con serón, consentidas por el Obispo Pignatelli.
De pocas fiestas más pudo hablar más Fancho con su amigo Martín Zapater, quien si era participe de serones ( cinco mozos y un serón de esparto contra el toro).
No era costumbre en Madrid ese tipo de festejo.
Goya bajaba con frecuencia a Sanlúcar, teniendo estancias de hasta seis meses, según don Elpidio del Miler Olea, ilustre gaditano constituyente.
Lógico era que satisfaciera a Pepita Tudó, o a la Duquesa, tal vez a otra de turno, lógico y normal.Pero Goya era el hombre artísta entregado plenamente a su oficio y a los toros. Íntimo de él, Pedro Romero, con quien compartió muchas faenas y corridas de dia y de noche. He aquí el parto de la Turomaquia en el ámplio sentido, en el de las primeras escuelas, con los arpones sanluqueños. He aquí nuestra historia con pequeños rasguños.
Dejemos de creer en absurdos cuentos y cuentistas, esos que nos hablan de los reyes magos o católicos, de las princesas y de las vírgenes, absurdas marañas. La realidad sanluqueña ha sido y será a base de azadas y arpones una realidad y una defensa.
Protégete con el arpón, Gritaba el Pintor Francisco a un joven con su redecilla goyesca.
Bien cierto es todo lo que aquí digo al margen de politiqueos y nuevos absurdos que empañan nuestro pasado y presente. No soy taurino.
A mi modesta forma incluyo una parte de nuestra cultura.

Contribuir ha promocionar a los jóvenes talentos literarios de nuestra ciudad es un deber de todos, difunde esta noticia en tu facebook. Los Sanluqueños tienen ahora la oportunidad de dialogar con él, el día 16 en la Fundación Casa Medina Sidonia.