10/04/2016

LAS PALABRAS "ASCO" Y "VERGÜENZA" YA NO NOS SIRVEN


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Luis Enrique Ibáñez
1. No puede existir una sociedad más enferma que aquella en la que los más desfavorecidos, los que forman el cuerpo de abajo, cuando son animalizados por las estúpidas formas de distracción, no sólo obedecen y bajan la cabeza, sino que, además, son capaces de ladrar, y de matarse entre ellos. Y lo hacen cuando asisten al obsceno circo de gladiadores modernos pensado para ellos, para que no hablen, para que obedezcan, para que consuman carne cruda, caducada, infectada.
Los mismos esclavos que no son capaces de provocar el necesario y justo estallido social ante tanta ignominia, sí pueden, sin embargo, acuchillarse a sí mismos. Es muy probable que entre los actores de esta película de mierda se encuentren parados, desahuciados, estafados. Y ahí estaban, dirigiendo su ira contra ellos mismos, mientras, arriba, en los despachos de políticos y banqueros, ponen cara de circunstancia y, en un alarde de bipolaridad, se descojonan por dentro.
Y ahora, una familia ha quedado desmembrada. La muerte risueña ha acudido a nuestra llamada, hemos insistido demasiado. ¿De qué hablar? Somos lo que están haciendo de nosotros, lo que nos estamos dejando hacer. Faltan palabras para conformar un autorretrato medianamente sincero.
2. Un seguidor del Deportivo ha fallecido hoy después de que por la mañana, temprano, 200 (no sé cómo llamarlos) aficionados de ese equipo y del Atlético, parias de la tierra, enfermos, víctimas y protagonistas del sistema, mantuvieran una brutal batalla. Una batalla con cita previa, planificada, consentida.
3. Desde que gozamos del beato Fernández Díaz como ministro de Interior, muchos ciudadanos han sido acusados, detenidos, por cualquier gilipollez soltada al abrigo, y al desamparo, de las redes sociales. Al parecer, esos seres humanos, protagonistas innombrables de esta barbarie, de esta tragedia, se habían citado a través de esas mismas redes. ¿Dónde estaban esos listillos de Interior que vigilan cualquier estupidez que escupe la red? ¿Preparándose, quizá, para ir al partido?
4. Los medios de comunicación. Son hipócritas, tanto (o más) como la mayoría de los políticos. Y es que son lo mismo, son los mismos. Son su brazo y forman parte de ellos. No hay frontera que distinga al maldito poder financiero del ámbito político, del altavoz lacayo de los medios oficiales, de esos que no necesitan, para hacerse oír, buscar un hueco en la red. 
Medios que hoy, al mismo tiempo que sacan el pañuelo de lágrimas, olvidan que son ellos los que en gran medida alimentan a la bestia. Medios que hoy intentan diferenciar grupos dentro del infierno. Por eso utilizan palabras como "ultras", "radicales", para hacer creer que son excepciones nacidas al azar en un paisaje puro. Y sí, claro que hay diferencias entre los distintos aficionados que acuden al circo. Pero eso no evita que el estadio, cada vez más, este configurado como eso, como un circo. Como un circo que cumple una función perfectamente diseñada: distraer y confundir. 
Y puede hacerlo, hay que decirlo, porque en ese circo todavía sobreviven, a duras penas, restos de algún valor que antes nos recordaba el significado de la palabra deporte, incluso, por qué no, pasión.
Medios, como hoy el llamado Carrusel Deportivo  de la cadena Ser, que se han puesto muy dignos, como criticándolo todo, como garantes de la dignidad,como si fueran los fiscales héroes que denuncian una realidad sucia y mentirosa. Incluso, en ese programa mencionado, su presentador se ha mostrado indignado al preguntarse cómo no se ha suspendido el partido después de lo que había ocurrido.
Y yo me pregunto, ¿por qué no han suspendido el programa de hoy, el Carrusel Deportivo? La no emisión del programa hubiera significado la más audaz toma de posición ante esta salvajada. Eso sí hubiera sido mojarse. Eso sí habría llamado la atención. 
Eso sí hubiera hecho reflexionar a los habituales oyentes de ese programa estelar.
Sí, ya sé, los patrocinadores del programa no lo hubieran permitido. Por algo son los patrocinadores, los que pagan, los que ganan. 
Son los patrocinadores del pensamiento común.
5. Asco y vergüenza, especialmente, al oír las declaraciones de algunos futbolistas y de los presidentes de los dos clubes señalados. "Esto no tiene nada que ver con el fútbol", "no representan a nuestros aficionados", "ha ocurrido fuera del campo". ¿De qué hablan? ¿Creen de verdad que la realidad puede ser descompuesta en distintas partes que en absoluto se tocan? Mienten, y lo saben. Protegen lo suyo, incluso aunque no sepan conscientemente que lo están haciendo.
Los que sí lo saben de verdad son los presidentes de los clubes, esa casta indigesta en la que hay que mirar con lupa para intentar encontrar a alguno que no esté implicado en alguna corruptela política, financiera. Ellos son el sistema.
Dejémonos de eufemismos. Lo que tenemos es el fruto amargo de lo que hemos sembrado. Como afirma el filósofo Emilio Lledó, "Los conceptos estereotipados, en quien no los reflexiona, producen agresividad. Uno de los frutos que genera la ignorancia cultivada es la violencia."
Eso es lo que hay.
Y ahora, esa estrategia de manipulación de masas de la que hablaba Noam Chomsky, la de la distracción, hará el resto. Nos cebarán con declaraciones absurdas, con medidas que no se tomarán, con llantos fingidos.
Y nos olvidaremos de todo, también de los desahucios, también de esta estafa que no cesa.
 
 
 
Imagen de la reyerta de esta mañana en los aledaños del estadio Vicente Calderón, en la ribera del río Manzanares
 
 
 
Luis Enrique Ibáñez Cepeda